¿Quién dijo que los vasitos de telgopor solo sirven para tomar infusiones? Oscar Brahim vuelve a colocar frases inquietantes en la vía pública, a gran escala, con un material y un soporte inesperados.
por Alejandro Güerri
En fechas recientes, los vecinos de dos barrios de la capital fueron convidados con sorbos de lo imprevisto. Las intervenciones de Oscar Brahim volvieron a las calles (¿quizás nunca se hayan ido?), o para ser más exactos, a los alambrados que están dentro del predio de Agronomía, y a los que bordean las vías del ferrocarril San Martín, en La Paternal, frente a las ex-bodegas Giol.
Las frases que se ven en las fotos están compuestas con vasitos descartables de telgopor que, según cuenta Oscar, “los retiro de la bolsa de residuos en las estaciones de gas. Los taxistas se sirven gratis el café y descartan el vasito, que luego enjuago uno por uno para su re-utilización”. El efecto visual recrea una tipografía de puntos, que le da un grado de objetividad al mensaje y de belleza por el salto de escala.
A la sorpresa de pasar y ver un alambrado que dice cosas, se agrega la del contenido. Simples en su estructura, las frases tienen algo contradictorio cuando las releés, como si el sentido tironeara para dos lados y no se dejase atrapar. Oscar aclara: “las frases vienen llegando...estoy leyendo un libro para un trabajo interior propio y algunas me parecen que pueden ser compartidas, 'comprendidas' por el espectador transeúnte”.
En mayo partió la fotógrafa cordobesa Lucía Seguí. Tuve la suerte de conocerla en el Cineclub de Nono, que funcionaba en su casa. Su amigo Ruben De Noia, mi profesor de arquería, me prestó estas postales de sus graffitis cordobeses de los '80, que escaneé para compartir a modo de homenaje.
Desde 2016, Lean registra y publica pintadas callejeras como comentarios de la actualidad: así hace de una cuenta de Instagram las portadas de un diario "personal" al ritmo de la coyuntura.
En la noche del sábado 4 de julio en Constitución, por Virrey Ceballos al 1200 bajo la autopista, quemaron a una mujer dentro de la precaria casilla en la que vivía. No se logró reconocerla pero dicen que se llamaría Julieta. Un grupo anónimo realizó una acción en el lugar para velarla y ver si se puede restituir su nombre.
Atrás de la firma Desorden, se adivina una mano de mujer que convierte la O de la sílaba central en un corazón y combina el tag personal con letras de canciones ajenas. En calles de Uruguay, Chile, Argentina y en su cuenta de Instagram (@desordensenace), podrás ver sobre vidrios y paredes las múltiples aplicaciones de este tag que también muta traducido a otros idiomas. Es lo que pasa cuando el caos se vuelve sensible.
Nicolás Preci nació en 1983 en Buenos Aires. Es fotógrafo, viajero y autor de "Cacheños", una serie de fotos a gran escala de vecinos de Cachi, que pueden verse en las calles de este pueblo salteño desde hace varios meses.