Martes 20 de Septiembre de 2011

Comunicación oficial - Comunicación marginal

Comunicación oficial - Comunicación marginal

En el Capítulo 4 de La Comunicación Gráfica Pública Marginal. Documentación y análisis de Graffitis, Stencils y Afiches en la Ciudad de Mendoza, Juan Cruz Groisman propone una clasificación sencilla y abarcativa para la cantidad de cosas que vemos por la calle: distingue entre comunicación oficial y marginal, y define claramente la CGPM. Aquí un fragmento de su tesis, y un link para seguir leyendo.

 

por Juan Cruz Groisman

Aquel que recorre las calles de una ciudad, sufre en su decurso una serie de mutaciones y encuentros simultáneos entre sus formas posibles de ser. Al abandonar su casa deviene automáticamente en un paseante, un transeúnte. La calle y los autos lo convierten en peatón, el tráfico en... una persona paciente. Frente a un espectáculo es espectador, en la avenida, uno en la muchedumbre. Una oferta de vidrieras de fin de estación lo llena da ideas, propias de un cliente. Monumentos y edificios escriben la historia del sujeto, trabajan en su memoria, dan contenido a su pertenencia a un ambiente compartido y habitado por predecesores que han trabajado en la construcción del presente como hoy lo conocemos.

Luego por aquí y por allá, una lluvia de afiches coloridos, llenos de oportunidades y novedades, caen sobre él para transformarlo en el combustible del sistema. Él ya es lo que las empresas llaman y claman: el ponderado potencial cliente, el consumidor.

Su paso lo posa necesariamente –forcement, saben decir los galos- frente a esas pancartas iluminadas. En esquinas principales, sin importar donde dirija su mirada allí están y estarán, omnipresentes, atractivas, ideadas desde y para los placeres, los anhelos y las necesidades, esas fuerzas. La publicidad se impone al sujeto, al ciudadano, al espectador, a la muchedumbre, pero sobre todas las formas, al lector.

El discurso del espacio público publicitario se sirve del lenguaje corriente para introducir sus voluntades, expresando ágilmente su fin, justificando una existencia efímera, para el coup d’oeil –otra vez los galos-, la hojeada, el pantallazo. Un golpe de lenguaje, donde no hay tiempo para la lectura. Un shock de contenidos, conciso, preferentemente perdurable, donde no hay diálogo. No hay cabida para el diálogo, ni necesidad de diálogo, es información que parte desde un lugar y pretende alojarse en alguna memoria transeúnte.

El sujeto se mueve en el espacio, con una lectura latente en su recorrido. Sabe leer, los mensajes están, seguramente, a la altura de sus competencias. Entonces quizá se pregunte, ¿Por qué y para qué lee? Seguramente por varios motivos y algunos automatismos. Por vocación, por necesidad, por buscar sentidos para construir mediante elementos una realidad propia, e incluso inventarla. Así, leyendo los signos de su entorno, puede alguien -re-construir el espacio donde vive. Bien es posible leer la calle, recuperando algunas tramas, algunos argumentos a partir de la letra urbana (Kozak, 2004). Y es allí donde se producen significaciones, cuando por medio de la lectura se encuentran textos que leer, en el susurro de una frase pronunciada por un muro abandonado, en la anónima decoración de poste de cemento sin color, en el juego de un espacio robado por un graffiti, un stencil, un afiche.

El universo de gráficas marginales a las luminarias y los sistemas organizados de difusión opera con el desvío de la mirada, una desistematización de la lectura, robando la mirada del transeúnte-consumidor para ofrecerle un instante de transeúnte-lector.

Estos mensajes buscan atención a un bajo costo para ambos, productor y lector: un elemento rústico y breve para un lector de paso, donde se ofrece una idea, una aseveración, una pregunta, o se revela -tan sólo- la existencia presente de otros hombres, que escriben para ser leídos y grafican para gustar. Dice Claudia Kozak: “Al graffiti lo mata más la indiferencia que el rechazo. Aceptarlo, aun cuando no siempre sea agradable o placentero, es una opción entre tantas. Rechazarlo, o hasta condenarlo, también. La indiferencia, sin embargo, es más pasiva y no elige. Se somete a la imposición de sentidos de la ciudad contemporánea como artefacto técnico. Y sobre todo no permite liberar el potencial de lectura que late por debajo de unas palabras e imágenes que no son nada sin su lector.”

Es, de este modo, el fenómeno de la lectura lo que refuerza la separación entre estos universos de comunicación que trabajamos.

 

Foto de Juano Groisman


 

Definición de Comunicación gráfica pública marginal:
 

Comunicación: Porque la razón de ser del mensaje gráfico es la intención comunicativa de quien la plasma en el espacio público. La comunicación social es en esencia el pasaje de lo individual a lo público de toda vida social (ÁLVAREZ, 1989).

Gráfica: Porque estas comunicaciones se realizan de manera visual, quizá la más antigua y vigente forma de divulgación de mensajes. La pintura –brocha, plantillas stencil, aerosol-, impresiones mecánicas –serigrafía, grabados, fotocopias y sus múltiples variantes y combinaciones conforman su dimensión instrumental. Excluyen el sonido y el movimiento, su recepción es estática y visual.

Pública: Se trata de una comunicación pública en 2 sentidos: En primer lugar, su manifestación se da fuera del entorno privado, fuera de la propiedad reservada del individuo y su entorno restringido –su casa, su espacio de trabajo-, el texto existe tomando una porción de espacio visual compartido por quienes transitan la ciudad. El soporte es la ciudad y sus muros, postes y veredas que constituyen el espacio público de desplazamiento de la persona. Una vez efectuada la impronta se convierte en propiedad visual de los transeúntes, devenidos en alocutarios necesaria e instantáneamente.

Por otra parte es tanto una comunicación pública en el sentido mencionado, como lo es del público, en tanto creada por individuos que son definidos oficialmente como espectadores de la comunicación en sus circuitos comerciales. La comunicación pública oficial se ubica en espacios destinados al affichage de manera regulada legalmente y están claramente determinados, enmarcados y coordinados por entes específicos. El affichage gráfico en estos circuitos es administrado de manera comercial: cada espacio tiene su tamaño y su posición definida por un análisis de sus condiciones de visualización en términos cualitativos y cuantitativos. El Estado regula y dispone del espacio visual público a fines de una comunicación efectiva - y ajustada a los intereses de sus políticas comunicacionales- y evitando la contaminación visual. Estas decisiones demarcan la distancia entre comunicador y público, autor y lector, en claras posiciones.

La comunicación pública marginal transforma la relación locutor-espectador, convirtiéndola en un proceso de respuesta a ese esquema, donde el lector se convierte en locutor de un nuevo mensaje.

Quien comunica en la CGPM es el público de la comunicación oficial, el individuo que comunica frente y fuera del circuito legitimado.

Marginal: El acto comunicativo se da de manera no regulada, y fuera de los espacios destinados a la comunicación pública. Poco importa cuáles son sus fines -comerciales, políticos, artísticos-, todos ellos son considerados por la legalidad como una práctica al margen, fuera de su control, supervisión y creación. Es marginal desde sus condiciones de producción, dictadas por las posibilidades de pertenecer al espacio comunicativo visual público. Podríamos afirmar que su marginalidad es económica, social y cultural, ya que toma espacios que el mercado y el Estado no han apropiado para sí.

Este tipo de comunicación se encuentra por fuera de lo que el mercado y el Estado señalan como espacios privilegiados de la comunicación gráfica. Sería posible pensar que tales prácticas ampliarían los significados sociales existentes en una cultura que han sido excluidos por la lógica del poder (mercantil y estatal), abriendo la posibilidad de proponer debates ideológicos, dramatizar identidades minoritarias o silenciadas, proponer consignas contestatarias y reivindicativas, manifestaciones artísticas, y otros tipos lúdicos como el humor y el juego de palabras. La lucha se da en el plano simbólico y por la apropiación de sentido.
 

Para leer el texto completo, hacer clic acá.
(El capítulo 4 comienza en la página 33).

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Domingo 6 de Mayo de 2012

CICOP Argentina: Arte en el espacio urbano y público

El viernes 20 de abril, en La Manzana de las Luces, el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio en Argentina organizó la jornada  "Arte en el espacio urbano y público". Nuestra charla se llamó "Al rescate de identidades diversas", y hablamos, entre otras cosas, de los grafitis como patrimonio cultural y artístico, y de la plataforma web como una herramienta para la conservación.

Sábado 5 de Mayo de 2012

CONECTARTE 2012: Arte en diálogo con la ciudad

Este evento que reúne artistas, colectivos, promotores culturales y teóricos, se desarrolló en el COLEF, Ciudad Juárez, México, el 20 y 21 de abril. Participamos vía Skype de una presentación en formato Pecha Kucha sobre de la experiencia de construir esta plataforma colaborativa para registrar y compartir intervenciones callejeras.

Lunes 9 de Abril de 2012

Memoria activa - Nazza sobre Malvinas y el 24 de marzo

Las pintadas más recientes de Nazzareno Stencil para "hacer circular nuestra historia viva", a propósito de dos fechas tristemente significativas: el 24 de marzo, Día de la Memoria, en conmemoración del golpe de Estado de 1976, y 2 de abril, Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas, aniversario del inicio de la guerra en las islas.

Viernes 23 de Marzo de 2012

Excursio

Los graffitis de Excursionistas tienen copadas las paredes de Belgrano. Después de leerlos y sacarles fotos, me presenté ante un grupo de hinchas fanáticos para charlar con ellos de las historias que hay detrás de las pintadas. Fútbol y aerosol en la vida de un club de barrio.

Martes 20 de Marzo de 2012

Encuesta: ¿Qué pensás del mural y de la intervención?

En la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, un artista pintó este mural. Alguien lo intervino con un graffiti y encendió una polémica. Celeste Arrarás nos mandó la foto y compartió la inquietud. ¿Vos qué pensás?

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