Entre el diseño gráfico, la pintura, la música (es voz y guitarra de la banda “Alfonsina”) y muchas otras actividades, Emiliano Montani realiza intervenciones callejeras en algunas paredes marplatenses. Allí, con papel, aerosol o fibrones, aparece su sello inconfundible, Juan Carlos.
Por Bárbara Gasalla
¿Cómo definirías lo que hacés?
En parte es una extensión de los cuadros, es una forma de sacar el arte a la calle y no tener una medida que te determina. Es real que también tengo otros límites, no puedo trabajar igual que en el cuadro, entonces genero un diálogo desde otro punto, más desde el “mural”, de contar algo, que los personajes interactúen y la obra tome otro carácter.
¿Por qué pintás?
Me motiva contar algo y, además, sobre todo me motiva algo interno que se calma cuando me pongo a pintar. Una ansiedad constante.
¿Por qué en las paredes?
Por lo mismo que contaba antes, sacarlo a la calle. A veces la gente no se acerca a las galerías de arte y qué mejor que llevar lo tuyo al cotidiano de ellos y no al revés, salir a buscarlos y casi obligarlos, aunque ellos no lo sepan, a mirar tu obra, llamar su atención. Es una imposición casi te diría violenta, pero un profesor mío decía que los cambios y los aprendizajes tienen que ser violentos para que la motivación exista y ésta podría ser una motivación violenta estética sobre cómo ver y entender el arte.
¿Desde cuándo?
Comencé a pintar gracias a Javier Almirón y luego también estuvieron presentes Felipe Rey y Pedro Petrelli. Pero el que hizo que active esa faceta sin duda fue Javier, los dos teníamos ganas, lo hablamos y decidimos salir a pintar. Al principio, hace dos años y medio será, no tenía ni idea de los materiales y usaba pintura al agua. Luego, pintando con otros (que ya los nombré) fui aprendiendo bastante de técnica y materiales. Y ni hablar de las historias y los buenos momentos que pasamos. Uno de los mejores momentos fue compartir una pintada con Felipe Giménez y Maximiliano Di Gioia, dos artistas marplatenses que admiro (el tercero es José Casas, pero no lo podemos convencer de que pinte afuera) y también esa vez estuvo Milo Lockett. Zarpado.
¿Escuchaste opiniones sobre lo que hacés? ¿Qué reacciones generan tus trabajos?
Sí, sé que a muchos no les gusta, por suerte ponen cara pero no dicen nada, lo miran como preocupados. Luego están algunos que no los entienden, varios me lo han dicho “che… no lo entiendo”, pero tampoco se los explico, perdería la dinámica de la obra, sea pintura, acuarela o en una pared. Creo que una obra que necesita ser explicada carece de su propio peso y se vuelve una obra sin imaginación. Por eso tampoco me gusta el arte hiperrealista, son fragmentos ( o tratan de serlo) de la realidad, que se resuelve aún más real con la fotografía… un caballo es un caballo, por más técnica si carece de imaginación y de sorpresa, nunca va a ser más que un caballo. Yo quiero generar otras cosas. Una risa, una puteada, un desconcierto son más ricos que la aceptación mediante la certeza de saber de antemano lo que es y no darle lugar al imaginario.
¿Cómo te parás frente a lo que hacés? Me refiero a la cuestión del nombre, la autoría… ¿pseudónimo, anonimato, nombre propio?
Una vez estaba pintando y alguien me dijo: “¡No lo firmaste!” y otro le dijo que no, que eso era la firma, Juan Carlos no hay otro, ese trazo era inconfundible. Y sin saberlo me dio el pie para entender que mi personaje se presenta y habla por sí solo. Muchos conocen a Juan Carlos antes que a mí y eso está genial. Respondiendo la pregunta, jaja. Antes firmaba acopiodg que es mi “empresa” de Diseño, luego, para separar los tantos, comencé a firmar con nombre propio o dejándolos sin firma.
¿Cuánto incide la superficie, el lugar, en el dibujo? ¿Cómo seleccionás los espacios para intervenir?
Algunas superficies son imposibles. Incide muchísimo. Primero miro los lugares, veo si va a ser pintada o papel. Según el tiempo que tenga y luego veo si se puede pintar, si la pared no está muy arruinada. Pasando un par de veces ya lo sabés y después cuando cae la idea, voy y lo plasmo. Muchas veces también evalúo si es una casa, si es un terreno, de quién es la pared. Arruinar una pared y generar enojo no es la clase de sensación que mi obra requiere, no me interesa. No estoy enojado con la sociedad ni me interesa vandalizar mi obra. No me suma, prefiero preguntar o evaluar si va a molestar a alguien. En eso suelo ser bastante precavido. Casi todos los últimos que realicé fueron espacios cedidos, vidrieras intervenidas y paredes o murales pedidos y eso va también con la forma que le doy al trabajo. Eso sí me interesa.
¿Cuál es tu formación? ¿Sos autodidacta?
Yo soy diseñador Gráfico, o técnico gráfico para corrección de los profesores. Y la parte de pintura es propia a la formación que dan en la F.O.B.A. (para los que no saben, es el primer año de formación básica en la escuela de artes visuales Martín A. Malharro, para nivelar los conocimientos artísticos). En lo referente al mural o Street Art, soy autodidacta y fui aprendiendo junto con los amigos y artistas plásticos, que es la forma más rica de aprender a desarrollar la base que tenés. La prueba y el error son la mejor forma de aprender, si sabes cuál es la base y de dónde partir.
¿Qué influencias de otros lenguajes pensás que intervienen en lo que hacés?
Creo que todos. Vamos a ver si puedo nombrarlos de a uno. Cine: no me canso de ver cine, soy fanático mal, miro pelis todos los días (¡gracias cuevana y símil!) y eso influye, me tira ideas todo el tiempo.
Música: la conecto desde el lado de la compañía, es un pulso rítmico que está acompañando siempre. Todo el día, si no estoy mirando una película, estoy con música.
Historieta: de allí saque algunas técnicas de letras, pinceladas y formas de narrar. También aprendí que no siempre tenés que hacer un chiste, porque si no siempre esperan eso y uno no siempre está contento para hacer reír.
Arquitectura: influye solamente en las formas y texturas a pintar, a veces en nada y a veces ¡lo es todo!
Fotografía: me encanta la fotografía, pero más allá de trabajar como archivo de mi obra, no creo que influya demasiado.
Ilustración: la ilustración está presente ya que mis obras son historias o fotografías ilustradas, y también me ayuda a ver técnicas nuevas y formas de percibir. Me dijeron “hacé un gato”, vi mil gatos ilustrados, ilustré de mil formas y después de dos días, nació Cristóbal, el gato que quiere lastrarse a Juan Carlos.
Pintura: me sirve básicamente para ver los fondos y ver cómo trabajarlos.
Literatura: me encanta escribir y leer, abre la imaginación de una manera terrible.
Lo político no lo meto tanto en la obra, hasta ahora soy neutro. No quiero ganarme enemigos tan acérrimos por ideas de otro. Yo las tengo, pero Juan Carlos es más tranquilo y prefiero que sea así.
Cotidiano: este es el principal. En todo momento, veo cosas, escucho charlas, en el colectivo, en la calle, mías y con eso se disparan mil anécdotas e historias para contar.
¿Cuánto hay de azaroso, de espontáneo y cuánto de planificación en la pintada? ¿Cuánto tiempo lleva hacer tus trabajos?
Es bastante espontáneo. A veces hay un boceto planificado porque hubo una idea antes, pero la mayoría de las veces, voy y pienso qué voy a hacer en el momento. Me gusta descubrir cosas nuevas. Puedo tardar media hora como 8 horas (sí, una vez estuvimos 8 horas pintando con Javier de corrido). Igual, no es nada loco. Otros están mil horas y muchos días para terminar algo. Pero a mí me aburre un poco, así que trato de ser directo, claro y no tardar más de 8 horas seguidas, porque ya comprobé que quedo bastante inútil después.
¿Cuáles son tus técnicas y materiales predilectos? ¿Cómo los obtenés?
Tengo dos cosas preferidas. Aerosol Flúor y Fibrones Posca o Posterman. Luego pinto siempre que puedo con Latex al agua. No me gusta la pintura que lleva diluyente, me embola limpiar todo y el olor que me deja. Así que uso todo al agua. Pintura he comprado, pero no muchas veces. La mayoría de las veces, cuando pinto a pedido, pido materiales y sobran y con eso tengo para otros murales; también me he encontrado tarros de pintura tirados en la calle y hubo gente que me regaló. Y de esa manera logro gastar poco para hacer lo que me gusta.
¿Trabajás solo, en un grupo, en colaboraciones esporádicas? ¿Cómo es la experiencia de trabajar con otros?
Muchas veces hago los trabajos solos. O mi novia me ayuda en algunas ocasiones. Y también esporádicamente hago colaboraciones. Pero no tengo un grupo fijo de trabajo (salvo Plasticidad, que es un grupo de artistas marplatenses con el cual trabajo muchísimo y siempre están proponiendo cosas nuevas). Pero me gusta muchísimo trabajar con otros, no tanto por el trabajo en sí, que seguramente termine en el mismo resultado que si lo hiciera solo. Sino por las charlas, las anécdotas, las ideas que surgen, los proyectos, los mates y si hace calor, la cerveza entre amigos.
¿Cómo ves el panorama del arte callejero en Mar del Plata? ¿Qué tal tus colegas?
Creo que se abrió la puerta y varios ya salieron a jugar. En el patio, estamos cómodos. Ahora falta salir a la calle a jugar y así de a poco, empezar a copar lugares, tener aceptación y que el arte callejero se convierta en otro lenguaje artístico, que tenga aceptación social y cultural y que sea entendido como otra rama del arte y no como una expresión sin fin más que vandalizar la ciudad. A quién se le puede ocurrir que tantos colores, líneas y mensajes pueden ser parte de alguien que vandalice. Y aún hasta los vándalos suelen dejar algo escrito en las paredes, lo hacen para que los demás lo sepan. No se sabe bien si para agradar, por alguna necesidad o clemencia de algo, pero lo claro es que tienen la necesidad de contar algo y que los demás lo sepan.
¿Algo que quieras agregar?
No. Ya es bastante. Si no quedo claro, pueden escribirme a info@acopiodg.com.ar, o entrar a mi web y ver qué anda pasando en la vida de Juan Carlos. ¡Muchas gracias!
Más en www.emilianomontani.com.ar
Y en www.hacemeundibujito.blogspot.com.ar
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