Daniel Liñares viene desarrollando una investigación sobre canciones, lenguaje y formas poéticas. En este ensayo, exploró diversas relaciones entre grafitis, letras y discos. Acá compartimos la primera parte y un enlace al texto completo en formato pdf.
por Daniel A. Liñares
PRIMERA PARTE
No son pocas las canciones en las que se manifiesta el fenómeno del grafiti, de una u otra manera. La canción y el grafiti son dos flujos discursivos entre los cuales se dan múltiples interacciones, múltiples intercambios, por ser ambos copartícipes de un mismo espectro cultural: el del rock —dicho en un sentido amplio—; tanto el grafiti como la canción de rock son géneros discursivos eminentemente urbanos, caracterizados por cierta hipotética rebeldía no siempre verificada, o no en igual medida.
El comienzo de esta fluida relación entre ambos géneros podríamos conjeturarlo en la segunda mitad de la década del ‘60. Las repercusiones de los sucesos del Mayo Francés del ‘68 —el mismo año de Beggars Banquet— y las marchas estudiantiles en oposición a la guerra de Vietnam constituyeron los primeros momentos de apogeo de publicidad del grafiti como expresión callejera, con difusión a escala mundial de fotos —hoy acaso se les diría “imágenes”— de escritos en paredes tales como La imaginación al poder, o Make love not war (Hagan el amor y no la guerra), consigna esta última que circulaba por diversos lugares y cuyo versionador londinense, un muchacho de nombre Dave Dawson, fue literalmente muerto a patadas por un grupo de policías fuera de servicio que justo pasó por ahí cuando él lo estaba escribiendo; todos estos grafitis coinciden epocalmente con la hiperdifusión a escala mundial de la canción de rock. Lennon sintetizaría pocos años después lo que fue culturalmente aquella época parafrasendo aquel grafiti de Dawson, que también sería retomado por Erasure 15 años después:
I want you to make love,
not war.
I know
you’ve heard it before.1
And if I should falter,
would you open your arms out to me?
We can make love, not war,
and live in peace with our hearts.2
Dos años después de la canción de Lennon, en 1975, aparecería el disco de Led Zeppelin titulado Physical Graffiti, de cuyas letras la temática desconozco.
Ahora bien, si de cultura rock y de paredes tratamos, obviamente y por supuesto, “La Pared” por excelencia, por antonomasia, es la de Roger Waters, la de The Wall, de 1979, en la que de hecho, al igual que en la portada del disco, aparecen manifiestas inscripciones:
I don’t need no arms around me!
And I don’t need no drugs to calm me!
I have seen the writing on the wall.
Don’t think I need anything at all.3
En este disco conceptual, la pared es ofrecida como símbolo de la separación con los demás, como símbolo de la soledad. Lo interesante es que, en esta canción, el límite, lo limitante, la frontera separacionista, también es lugar de expresión, a través de las escrituras en su superficie. En tal sentido, la pared tendría una carga simbólica ambivalente: sirve tanto para separar como para comunicar.
Cabe aclarar que, en inglés, “writing (is) on the wall” es una expresión idiomática consolidada, que tiene el sentido de algo evidente que anuncia una advertencia que hay que ver. La misma expresión aparecerá dos años después en la canción homónima de George Harrison:
The writing’s on the wall, brother.
Your life is in your hands.
It’s up to you to see the writing’s
on the wall.
It looks you in the eye, mister.
It’s time we stand up tall,
go see and understand the writing’s
on the wall.
[...]
There’s nothing that you need, sister.
The Lord is in you all.
Life is designed to see the writing’s
on the wall.4
Ahora bien, dado un artículo que trate sobre el grafiti, llega un inexorable momento del mismo en el cual plantearse, o plantearnos —pero fundamentalmente de plantearme yo al escribir esto—: ¿Qué es lo que define que un grafiti sea un grafiti? Y, desglosando esta pregunta, surgen al respecto otras tres: ¿Lo define la superficie que se utiliza: una pared, una persiana, un asiento de colectivo, etc.? ¿Lo definen el material y la técnica utilizados: aerosol, pincel, fibrón, rayado, etc.? ¿Lo definen la forma y el contenido: palabras, imágenes, una simple firma, etc.? Y me hago estas preguntas por muchos motivos, principalmente por los etcéteras.
Rastreando información al respecto, encontramos que la etimología de graffiti remite a viejas tecnologías de la escritura, como rayar con un punzón el tronco de un árbol o la cera condensada sobre una tabla: Deriva del verbo italiano graffiare, específicamente ‘rasguñar, arañar’, que viene del griego γραφω (grápho), que inicialmente significa ‘yo araño, rayo, grabo’, y recién luego, por extensión, ‘yo pinto, dibujo, escribo, redacto, compongo’. Por lo tanto, en la etimología no estaría implicada la superficie intervenida, así como tampoco la forma y el contenido; más bien se estaría tratando, estrictamente, de una técnica, bastante popular.
Cuna de taitas y cantores,
de broncas y entreveros, de todos mis amores,
en tus muros con mi acero
yo grabé nombres que quiero.5
Volviendo, entonces, a la preguntas con respecto a la superficie y al material/técnica utilizados, estaba pensando en las tapas de dos discos: la de Fly on the Wall [Mosca en la pared], de AC/DC, editado en 1985, en la que pueden leerse, en caractéres grabados con algún objeto afilado, sobre una madera, el nombre de la banda y el título del disco; y la tapa del disco de Bon Jovi Slippery When Wet [Resbaladizo cuando mojado], de 1986, en la que se ve la efímera inscripción que un dedo ha trazado sobre un vidrio empañado: el título del disco. Entonces, de atenernos al sentido etimológico, la tapa de Fly on the wall cumple plenamente con los requisitos, no así la tapa del disco de Bon Jovi, a no ser metafóricamente, es decir, por extensión del significado.
Retomando por su parte la otra pregunta, la pregunta sobre la forma y el contenido (palabras, dibujo, etc.), pensaba en el disco de Prince Graffiti Bridge, de 1989, y en su canción homónima:
Everybody wants to find Graffiti Bridge,
something to believe in,
a reason to believe that there’s a heaven above.
Everybody wants to find Graffiti Bridge.
Everybody’s looking for...
Everybody’s looking for...
Everybody’s looking for love.6
Esa cosa tan pop de hacer dibujitos que no significan, que no significan nada —eso de las letras hiperdibujadas que cuesta descifrar... Esta canción de Prince puede ser considerada como síntoma de una época del grafiti y de la cultura rock en general, una época de cambio de paradigma: el grafiti ya no necesitaba necesariamente ser arriesgado —si el sólo hecho de pintar con aerosol te parece arriesgado...—, el grafiti podía ser simplemente decorativo, “artístico”, dicho en un sentido amplio, lo cual no deja de ser etimológicamente válido.
Entonces, siendo válido considerar como grafiti también un dibujo, y no solamente una inscripción, tenemos el de «Confesiones de invierno»:
Y aunque a veces me acuerdo de ella,
dibujé su cara en la pared.
Solamente muero los domingos,
y los lunes... ya me siento... bien.7
Desde el seno de la canción propiamente dicha, desde la canción considerada como género discursivo, los rasgos textuales que nos remitirán al fenómeno grafiti tendrán que ver con la aparición de determinadas palabras: pintar, escribir, dibujar, nombre, calle, y, principalmente, pared. Dos casos paradigmáticos en tal sentido los hemos tenido en «Another brick in the wall (part 3)» y en la canción de Harrison con sus respectivos writing(’s) on the wall. La palabra grafiti, por su parte, también participará de este conjunto léxico, si bien encontraremos algo más restringida su utilización, epocal y/o geográfica e idiomáticamente. Su restricción está condicionada, principalmente, por el marco rítmico que toda canción implica y/o propone, determinante de formas estróficas relativamente estables, y en cuyo seno las dificultades para resolver las rimas y aliteraciones requeridas serán enormes para esta palabra, sobre todo en castellano —no así en inglés ni en italiano—. Cabe considerar que, como vocablo de la lengua castellana, grafiti es de uso generalizado recientemente. Cierta institucionalización del arte callejero —un segundo momento de intensa publicidad del grafiti, segundo en relación a aquel primero de finales de los ‘60— ha propiciado su naturalización por formar parte del vocabulario específico de esa rama de la actividad humana, de su vocabulario técnico, podríamos decir.
Para leer o descargar el texto completo en pdf, clic acá.
1 [Quiero que hagan el amor, / no la guerra. / Ya sé / que lo han escuchado antes.]. John Lennon, «Mind games [Juegos mentales]», en Mind Games, Londres, EMI/Parlophone, 1973 (frag.).
2 [Y si yo flaqueara, / ¿vos abrirías tus brazos para mí? / Podemos hacer el amor, no la guerra, / y vivir en paz con nuestros corazones.]. Erasure, «A little respect [Un poco de respeto]» (Andy Bell/Vince Clarke), en The innocents [Los inocentes], Londres, Mute Records, 1988 (frag.).
3 [¡No necesito brazos alrededor mío! / ¡Y no necesito drogas que me calmen! / Ya he visto el escrito en la pared. / No piensen que necesito nada en absoluto.]. Pink Floyd, «Another brick in the wall [Otro ladrillo en la pared] (Part 3)» (Roger Waters), en The wall, Londres, Harvest, 1979.
4 [Está escrito en la pared, hermano. / Tu vida está en tus manos. / Depende de vos ver que está escrito / en la pared. // Lo mira a los ojos, señor. / Es tiempo de ponernos de pie, / ir a ver y entender que está escrito / en la pared. // [...] // No hay nada que necesites, hermana. / El Señor está en todos ustedes. / La vida está diseñada para ver que está escrito / en la pared.]. George Harrison, «Writing’s on the wall [Está escrito en la pared]», en Somewhere in England [En algún lugar de Inglaterra], Londres, Dark Horse/Parlophone, 1981 (frag.).
5 Carlos Gardel (con las guitarras de Guillermo Desiderio Barbieri, Ángel Domingo Riverol, Horacio Pettorossi, Domingo Julio Vivas), «Melodía de arrabal» (Alfredo Le Pera/Mario Battistella Zoppi/Carlos Gardel), Buenos Aires, DN Odeón, 1933 (frag.).
6 [Todos quieren encontrar el Puente de grafiti, / algo en que creer, / una razón para creer que hay un cielo arriba. / Todos quieren encontrar el Puente de grafiti. / Todos están buscando... / Todos están buscando... / Todos están buscando amor.]. Prince, «Graffiti Bridge [Puente de grafiti]», en Graffiti Bridge, New York, Warner/Paisley Park, 1990 (frag.).
7 Sui Generis, «Confesiones de Invierno» (Charly García), en Confesiones de invierno, Buenos Aires, Microfón, 1973 (frag.).
Desde 2008, Leandro Cuchi viene coleccionando imágenes de pintadas hechas sobre puertas y ventanas que abarcan diversas técnicas y estéticas: tags, murales, arte callejero. Las fotos de esta selección provienen de un archivo personal vasto, y fueron tomadas en San Martín, Villa Ballester, Ciudad de Buenos Aires, Quilmes, Avellaneda.
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