Sábado 18 de Mayo de 2013

Un genocida menos, por Nazza

Un genocida menos, por Nazza

Murió el genocida Jorge Rafael Videla, a los 87 años en el penal de Marcos Paz, donde cumplía condena por delitos de lesa humanidad.

 

 
por Nazza
 
Encabezó la junta militar que se alzó con el poder luego del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y abrió la etapa más negra de la historia Argentina. Puso en marcha un plan sistemático genocida con secuestros, saqueos y desaparición de personas, y una política económica neoliberal que fue el puntapié de inicio de uno de los procesos de vaciamiento y entrega del país a los capitales financieros más duros para la sociedad argentina. Fue condenado por delitos de lesa humanidad y murió ayer a los 87 años, purgando una parte de sus crímenes -de los que nunca se arrepintió- en el penal de Marcos Paz. La lucha de los organismos de Derechos Humanos que reclaman memoria, verdad y justicia por los 30 mil desaparecidos y los nietos que aún no fueron recuperados, sigue de pie.
Solo, en su celda. En una pieza de una cárcel común, la de Marcos Paz, como lo había dictaminado la Justicia. En la misma prisión en la que seguía recibiendo la comunión todos los domingos: el que acercaba la hostia a su boca era su vecino de celda, el ex capellán Christian Von Wernich, también reo del pabellón de “lesa”. Sólo, en su celda, murió ayer a las 8.25 Jorge Rafael Videla. Tenía 87 años, dos condenas a perpetua por cumplir y una decena de juicios por afrontar.
Fue el símbolo del terrorismo de Estado. El dictador más brutal que tuvo la Argentina se fue de este mundo. Sin confesar sus delitos. Sin decir dónde están los desaparecidos. Sin dar información sobre el plan criminal que encabezó en los días más oscuros del país. 
 
"Los militares en el poder son más peligrosos: mienten más y roban más, porque se levantan más temprano", declaró alguna vez el genial escritor Eduardo Galeano
 
Por Osvaldo Bayer.
"Como digo siempre: en mis 86 años he conocido trece dictadores. Todos ellos, después de finalizar su poderío murieron pacíficamente en sus domicilios, gozando de sus sueldos de generales y almirantes y, por supuesto, de sus títulos militares. Esta es la primera vez que los dictadores y sus secuaces están en cárceles comunes y se investigan los delitos económicos cometidos durante sus mandatos. La única vergüenza para la Ética ha sido que Martínez de Hoz, el secuaz más penetrante de ese período de violencia e injusticia, murió en su edificio, el más lujoso de Buenos Aires, el Cavanagh. Y aquí la pregunta es: ¿por qué si las cárceles argentinas todas tienen instalaciones médicas no se lo envió a una de esas enfermerías carcelarias? No, Martínez de Hoz murió en su cama y en su edificio de aristócrata."
 
Jorge Rafael Videla murió en una cárcel común, juzgado por delitos de lesa humanidad. En el libro de Reato, Videla describe en forma detallada el método utilizado durante la represión ilegal. Es más, justifica el uso de la tortura y destaca la influencia de la llamada doctrina francesa en la lucha contra la guerrilla. Y reconoce un dato ya conocido: el del apoyo civil al golpe y a la dictadura. “(Los empresarios) se lavaron las manos. Nos dijeron: ‘Hagan lo que tengan que hacer’, y luego nos dieron con todo. ¡Cuántas veces me dijeron: ‘Se quedaron cortos, tendrían que haber matado a mil, a diez mil más!’.” Se sabe que fueron más: treinta mil.    
 
La frase de este genocida para referirse a los detenidos desaparecidos: "los desaparecidos no tienen entidad, no están ni muertos, ni vivos, son desaparecidos", porque sabia que sin cuerpos no podían comprobar el delito, una actitud genocida y cobarde.
 
Nazza
 
Viernes 9 de Agosto de 2013

Grafitis furgoneros III

Tercera selección de grafitis recopilados en los furgones de la Línea Roca, entre Sarandí y Hudson o Sourigues. Sexo, drogas y rocanrol, política, religión, amores y poesía entre esas cuatro paredes íntimas y públicas, donde nada se queda quieto mucho rato. 

Jueves 8 de Agosto de 2013

¿Un buen motivo para pintar un grafiti?

Mandá uno en los comentarios.

Lunes 1 de Julio de 2013

La novela de Ariel en una plazoleta de Solano

Un viernes, a eso de las 10 de la noche, sobre los bancos de cemento de una plazoleta en Donato Álvarez y Av. San Martín (San Francisco Solano), un tal Ariel se colgó a escribir con fibrón la novela de su vida: ideas simples y potentes, sinceramientos y consejos para sí mismo, para cualquiera. 

Martes 11 de Junio de 2013

Esto no es un museo, por Mariano Fiszman

Autor de novelas memorables como Nuevas cenizas y Muñecas 970, Mariano Fiszman transita las transformaciones de las calles de Villa Crespo, donde la demolición de casas antiguas coincide con el auge de los outlets y las pintadas del arte callejero. 

Miércoles 22 de Mayo de 2013

Historia de El petiso orejudo, de Sebastián Cilio

Bárbara Gasalla le pidió a artistas callejeros que elijan una obra y cuenten su proceso de producción. Aquí Sebastián Cilio habla sobre su esténcil de Cayetano Santos Godino. 

Comentarios


No hay comentarios por ahora.

Hacer comentario
 

Los comentarios de personas no registradas deben ser aprobados antes de publicarse. Te recomendamos registrarte: son sólo dos pasos.

Desarrollan


Actualización diaria
Última actualización: 22/11/2024

Visitas: 376098