Viernes 31 de Enero de 2014
El arte callejero se está haciendo más cotidiano - Entrevista a Javier Almirón
Javier Almirón nació en 1985 y pinta desde los 12 años. Su obra circula por los ámbitos tradicionales (muestras colectivas e individuales, premios, etc.), pero a veces, también sale a la calle para combinarse con otros lenguajes. Entre Mar del Plata y La Plata, sus murales nos muestran personajes, globos de historieta y letras de rock.
¿Cómo definirías lo que hacés?
Intervención del espacio real, cotidiano.
¿Cuándo empezaste a pintar? ¿Cómo llegás a las paredes en la calle?
Pinto desde muy chico, a los 12 años arranqué en un taller académico donde aprendí técnicas y a usar materiales que, hoy por hoy, para serte sincero, no los uso.
Después de haber concurrido durante 10, 11 años, empecé a dejar esa “Pintura-taller” para largarme un poco a pintar lo que se me diera la gana, siempre motivado por la auto-superación de la calidad de las pinturas, siempre hablando de pintura sobre lienzo.
Después de varios años y después de haber visto un informe de los pibes de Intervención Magenta en La Plata, hablando con un amigo empezamos a flasharla con salir a pintar a la noche, porque estábamos pasando por una época electoral y veíamos que la ciudad estaba totalmente contaminada por las pintadas políticas, así que agarramos un poco de pintura a la cal, colores y ¡ya! Siempre con la idea de que nuestros personajes dejen algún tipo de “mensaje”, lógico, ilógico, el que sea… que el mensaje que te den las paredes cuando caminas por las calles sea más empático.
Desde mi llegada a La Plata, siempre me sentí revolucionado con sus paredes, colores, pintadas, personajes, mensajes lindos y feos; acá las paredes tienen vida y hablan por sí mismas. Así que desde entonces tuve ganas de salir a pintar pero me sentía trabado, no me sentía parte de la ciudad tal vez... una cuota de respeto o algo así.
Después fui conociendo gente “del palo” y empecé a animarme a principios de este nuevo 2014 y a pintar nuevamente en la calle, reencontrándome, por ahora, en una oportunidad, con “Yayo”, una piba de Berisso que me incentivó a reincidir... fue el puntapié inicial para que las paredes de La Plata tengan un nuevo emisor.
¿Escuchaste opiniones sobre lo que hacés? ¿Qué reacciones generan tus trabajos?
Sí, escuché opiniones y siempre, por suerte, fueron buenas. Sin ir mas lejos, el mural que está en la esquina de España y Falucho (Mar del Plata), cuando empezamos a blanquear la pared, salió la dueña y nos preguntó sobre qué político íbamos a hablar esta vez, nosotros le explicamos que no se trataba de eso, medio desconfiada, casi sin creernos se fue…
Al otro día nos mandó un mail diciéndonos que le había re gustado el mural y pidiéndonos disculpas cuando salió a interrogarnos incrédulamente.
¿Cuánto incide la superficie, el lugar, en el dibujo? ¿Cómo seleccionás los espacios para intervenir?
Generalmente voy con una idea propia y tal vez el espacio o el lugar me lleva a complementar el boceto con otras cosas propias de la superficie a intervenir. En cada pintada hay un 50% de azaroso y un 50 % de espontáneo. Claramente, si la superficie está en buenas condiciones el laburo se hace más rápido y los resultados competen más a la idea inicial. El esfuerzo de laburo en las pintadas en la calle es de horas, la variabilidad va de la mano con el boceto, con el estado de la superficie, el tamaño de la pared y con “el cuelgue” de cada jornada... casi siempre se termina en el día, “casi siempre”.
¿Cuál es tu formación?
Hice el Profesorado de Artes Visuales en la Escuela de Artes Visuales Martín A. Malharro de Mar del Plata, el Taller de Pintura con Carolina Bagnato y otro con Claudio Roveda; participé en la Clínica de Arte (GRAPA) con Claudio Roveda y Josefina Fossati. Aquí en La Plata estudié con Agustín Sirai. Ahora no asisto a ningún taller, estoy pintando por mi cuenta.
¿Qué influencias de otros lenguajes intervienen en lo que hacés?
La historieta siempre me guía en la composición en los casos que hay diálogo, últimamente mis laburos se ven influenciados mucho por letras de canciones, generalmente viene todo por ese lado, lo mismo pasa en mis “pinturas para colgar”.
¿Cuáles son tus técnicas y materiales predilectos? ¿Cómo los obtenés?
Látex color al agua, sintético (sobras) y aprendiendo a usar aerosoles. Los materiales los banco yo, en principio, y si sale algún laburo me quedo con la resaca. En una época usaba pintura a la cal y colorantes, era barato y zafaba.
¿Cómo se da el vínculo entre tu pintura y tus piezas de arte callejero? ¿Son trabajos bien diferenciados? ¿Cómo es la conexión entre tu “pintura para colgar”, como la llamaste, y tus murales?
Las piezas que realizo en la pared tienen una conexión marcada con mis pinturas sobre lienzo o madera, ninguna de las dos formas de representar me son ajenas, todo lo contrario... muchas veces la obra que realizo en la calle deviene de algún boceto olvidado para alguna pintura. A veces surge la necesidad de adaptación al soporte ya que varía mucho la superficie, el material, las dimensiones, etc. La conexión existe, el mensaje es para todos y la lectura de cada persona es totalmente diferente; al realizarlo en la vía pública es realmente loco porque el juego está abierto para todos.
En cuanto a la construcción de la imagen, lo que he notado es que cuando hago algo en la pared siento la necesidad de poner alguna que otra palabra o frase, cosa que no me pasa al ejecutar la producción de una pintura de taller.
Creo que tanto la gente que se mueve en el circuito del arte como la que no, está absorbiendo con más respeto este tipo de expresiones callejeras, tal vez desde la aparición de Banksy, a nivel internacional, o
Proyecto Fauna, a nivel local (Mar del Plata), el arte callejero se está haciendo más cotidiano, la gente lo va “asimilando” en su retina y llama la atención. Por lo menos, la devolución que he recibido de ambas partes es siempre positiva y alentadora para seguir produciendo.
¿Trabajás solo, en un grupo, en colaboraciones esporádicas? ¿Cómo es la experiencia de trabajar con otros?
Por ahora siempre con alguien; en Mardel lo hacía con Emiliano Montani y alguna que otra vez se sumaban otros. En La Plata, con Yayo (Yanina Lagña), pero hay proyectos en mente para hacerlo con más gente.
¿Cómo ves el panorama del arte callejero en Mar del Plata? ¿Y en La Plata? ¿Qué tal tus colegas?
Va creciendo de a poco, cada vez se ven más pinturas en la calle y eso es genial. En cuanto a mis colegas, no los conozco a todos, solo a un par y siempre buena onda y respeto con lo que hace uno y otro, y si pinta… ¡pintamos!
En La Plata, como dije antes, las paredes hablan y son muy coloridas. Acá la movida es más considerable, más descontracturada tal vez y siento que los vecinos le dan más importancia... se siente respeto desde el otro lado. En cuanto a los artistas, son abiertos, copados, solidarios... al menos los que conocí.
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