A cuatro días de las elecciones, en varios barrios de Buenos Aires, apareció un cartel pegado sobre las publicidades que plantea una pregunta inquietante.
Una intervención sencilla con la fuerza de una pregunta empezó a verse en distintos barrios de la capital, como el Centro, San Nicolás, Chacarita, Colegiales... Una franja negra con letras blancas, en algunos casos sostenida por una figura humana con cabeza de ave de rapiña, pegada sobre las marquesinas publicitarias cuestiona con correcta acentuación y ortografía: ¿Quién elige?
La acción se da justo antes de los cierres de campaña para las elecciones legislativas, pero la pregunta puede tener implicancias más allá del contexto electoral.
Podés ver la ubicación de todas las intervenciones registradas acá, y si querés, podés mandar las que te encuentres.
Gaucholadri es el alias que eligieron Marcos Zerene y Federico Calandria, dos artistas y diseñadores mendocinos, para firmar sus intervenciones callejeras. En honor a su nombre, el logo de GL es un afano del de LG, una resignificación que invierte el orden de lectura. Siempre en blanco y negro, los dibujos sólidos combinados con palabras finitas, se sacan chispas cuando se encuentran en sus obras.
Daniel Liñares viene desarrollando una investigación sobre canciones, lenguaje y formas poéticas. En este ensayo, exploró diversas relaciones entre grafitis, letras y discos. Acá compartimos la primera parte y un enlace al texto completo en formato pdf.
Segunda parte del texto de Daniel Liñares sobre grafitis, canciones y discos, ahora con el foco puesto en el rock nacional, y distinguiendo dos líneas: grafitis políticos y confesionales.
En el predio abandonado del Mercado del Abasto cordobés, un grupo de 24 artistas callejeros crearon el Museo de arte urbano, un proyecto que participa del movimiento global, Inside Out.
Entre el diseño gráfico, la pintura, la música (es voz y guitarra de la banda “Alfonsina”) y muchas otras actividades, Emiliano Montani realiza intervenciones callejeras en algunas paredes marplatenses. Allí, con papel, aerosol o fibrones, aparece su sello inconfundible, Juan Carlos.