Por su carácter ilegal, clandestino, la escritura grafitera se desarrolla sobre todo por las noches: menos personas, menos ojos.
Pero hay un tipo de graffiti nocturno por excelencia.
Al anochecer, a medida que los negocios bajan las persianas, junto con las cortinas metálicas se desenrollan una cantidad de mensajes ocultos durante la agitación del día.
Los locales desocupados son excepcionales: mantienen las pintadas en exposición las 24 hs., a veces durante meses y años.
Una hipótesis: el graffitero elige la persiana de un comercio antes que la pared de una casa. Un indicio lo aportaría el hecho de que casi nadie pinta graffiti en los vidrios de los locales con rejas.
Una invitación: ver la etiqueta "persiana" o ingresar la palabra en BUSCAR.
Fernando Aíta
Tercera selección de grafitis recopilados en los furgones de la Línea Roca, entre Sarandí y Hudson o Sourigues. Sexo, drogas y rocanrol, política, religión, amores y poesía entre esas cuatro paredes íntimas y públicas, donde nada se queda quieto mucho rato.
Un viernes, a eso de las 10 de la noche, sobre los bancos de cemento de una plazoleta en Donato Álvarez y Av. San Martín (San Francisco Solano), un tal Ariel se colgó a escribir con fibrón la novela de su vida: ideas simples y potentes, sinceramientos y consejos para sí mismo, para cualquiera.
Autor de novelas memorables como Nuevas cenizas y Muñecas 970, Mariano Fiszman transita las transformaciones de las calles de Villa Crespo, donde la demolición de casas antiguas coincide con el auge de los outlets y las pintadas del arte callejero.
Bárbara Gasalla le pidió a artistas callejeros que elijan una obra y cuenten su proceso de producción. Aquí Sebastián Cilio habla sobre su esténcil de Cayetano Santos Godino.