Por su carácter ilegal, clandestino, la escritura grafitera se desarrolla sobre todo por las noches: menos personas, menos ojos.
Pero hay un tipo de graffiti nocturno por excelencia.
Al anochecer, a medida que los negocios bajan las persianas, junto con las cortinas metálicas se desenrollan una cantidad de mensajes ocultos durante la agitación del día.
Los locales desocupados son excepcionales: mantienen las pintadas en exposición las 24 hs., a veces durante meses y años.
Una hipótesis: el graffitero elige la persiana de un comercio antes que la pared de una casa. Un indicio lo aportaría el hecho de que casi nadie pinta graffiti en los vidrios de los locales con rejas.
Una invitación: ver la etiqueta "persiana" o ingresar la palabra en BUSCAR.
Fernando Aíta
Nazzareno Stencil recorrió las ciudades de Sao Paulo y Rio de Janeiro. Fiel a su estilo, se relacionó con la gente del lugar, indagó en los problemas de esas comunidades, e intervino las paredes con sus plantillas. Acá van algunas imágenes y las ideas que las provocan.
Nahuel Valcarce recorrió el cementerio de Avellaneda con el ojo atento a las inscripciones que manos anónimas dejaron en nichos, pasillos y tumbas, como las de Ricky Espinosa o Luca Prodan: mensajes de amor, bronca, admiración, recuerdo, humor, para vivos y muertos.
La periodista colombiana, Natalia López Montoya, publicó una nota y un video sobre GRaFiTi en el blog Postperiodistas (del Posgrado de Periodismo Digital de la UAI).
En 1966, el escritor Raúl Escari realizó una intervención llamada "Entre en discontinuidad". Ezequiel Gatto recupera aquella propuesta conceptual y performativa, y analiza las relaciones entre percepción, texto y acción. La lectura presente, parte de un estudio más amplio en desarrollo, aporta herramientas para ver/pensar/realizar otras formas de intervenir la ciudad.
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