Por su carácter ilegal, clandestino, la escritura grafitera se desarrolla sobre todo por las noches: menos personas, menos ojos.
Pero hay un tipo de graffiti nocturno por excelencia.
Al anochecer, a medida que los negocios bajan las persianas, junto con las cortinas metálicas se desenrollan una cantidad de mensajes ocultos durante la agitación del día.
Los locales desocupados son excepcionales: mantienen las pintadas en exposición las 24 hs., a veces durante meses y años.
Una hipótesis: el graffitero elige la persiana de un comercio antes que la pared de una casa. Un indicio lo aportaría el hecho de que casi nadie pinta graffiti en los vidrios de los locales con rejas.
Una invitación: ver la etiqueta "persiana" o ingresar la palabra en BUSCAR.
Fernando Aíta
Gracias a todas las personas que mandaron sus fotos.
Y a todas las que dejaron sus comentarios.
Al igual que con otras pasiones, la lectura de grafitis me cautivó mucho antes de que pudiera encontrarle motivos. En el principio, entonces, fueron los mensajes. Frases escritas por manos anónimas que, de golpe, en la pared de alguna calle, me salían al cruce. Risa, desconcierto y, a veces, el inevitable estar o no de acuerdo. Pero nunca indiferencia.
Sea porque los grafiteros fueron sorprendidos in fraganti, porque se terminó la pintura, o se dieron cuenta a mitad de camino de que la pintada no cabía en el espacio elegido, algunos graffiti quedan sin completar...
En su libro Graffiti, Lelia Gándara hace un estudio detallado del género. En este pedazo del texto habla sobre algunos rasgos comunes de la escritura de graffiti.