¿Te imaginás una ciudad sin graffiti? ¿Un paisaje de paredes impecables y vacías, dominado por publicidades y carteles de negocios? Bueno, acá va un pasaje del libro Existencilism de Banksy, que invita a imaginar lo contrario: ciudades llenas de vida y color.
Vándalos
Gentuza retorcida sale cada día y pintarrajea esta gran ciudad. Dejando sus garabatos idiotas, invadiendo comunidades y haciendo sentir a la gente sucia y usada. Ellos solo toman, toman, toman y no devuelven nada. Son egoístas y mezquinos, y hacen del mundo un lugar feo para estar.
Los llamamos agencias de publicidad y urbanistas.
La gente dice que hay un problema de graffiti. El único problema con el graffiti es que no hay suficiente.
Imaginate una ciudad donde el graffiti no fuese ilegal, una ciudad donde todo el mundo pudiera dibujar donde le gustara. Donde cada calle estuviese inundada con un millón de colores y frasecitas. Donde esperar en una parada de colectivos nunca fuese aburrido. Una ciudad que se sintiera como algo vivo, que respira, que pretenece a todos, no sólo a los agentes inmobiliarios y los barones de los grandes negocios. Imaginate una ciudad así y dejá de apoyarte contra la pared --está recién pintada.
En el libro Existencilism (2002) de Banksy, y reproducido en la compilación Wall and piece (2005).
Nazzareno Stencil recorrió las ciudades de Sao Paulo y Rio de Janeiro. Fiel a su estilo, se relacionó con la gente del lugar, indagó en los problemas de esas comunidades, e intervino las paredes con sus plantillas. Acá van algunas imágenes y las ideas que las provocan.
Nahuel Valcarce recorrió el cementerio de Avellaneda con el ojo atento a las inscripciones que manos anónimas dejaron en nichos, pasillos y tumbas, como las de Ricky Espinosa o Luca Prodan: mensajes de amor, bronca, admiración, recuerdo, humor, para vivos y muertos.
La periodista colombiana, Natalia López Montoya, publicó una nota y un video sobre GRaFiTi en el blog Postperiodistas (del Posgrado de Periodismo Digital de la UAI).
En 1966, el escritor Raúl Escari realizó una intervención llamada "Entre en discontinuidad". Ezequiel Gatto recupera aquella propuesta conceptual y performativa, y analiza las relaciones entre percepción, texto y acción. La lectura presente, parte de un estudio más amplio en desarrollo, aporta herramientas para ver/pensar/realizar otras formas de intervenir la ciudad.
Escribila en los Comentarios.