En el libro Written on the City, Axel Albin y Josh Camler proponen una división de los graffiti en tres grupos: del ego, estéticos y con mensaje. Acá va el texto traducido y una invitación a recorrer dichas categorías.
Graffiti del ego
Como una campaña de marketing, como un perro meando en las alcantarillas y en los árboles, el graffiti del ego quiere difundir el nombre de su creador en toda la comunidad etiquetando tantas superficies como sea posible. No dice nada más que el nombre, repitiéndose en cada lugar que se lo encuentra. Se trata de mí, no de vos.
(Mirá algunos en Tags.)
Graffiti estéticos
La pieza, la quemadura, el vómito, el mural: este es el graffiti para el consumo estético. Más que cualquier otra cosa, primero es bello. El impulso detrás de esta clase de graffiti es generoso. Es un regalo para los ojos, para el mundo visual que compartimos.
(Mirá algunos en Dibujos.)
Graffiti con mensaje
Destinado a ser leído y accesible para cualquiera que pase, el graffiti con mensaje está tratando de decirte algo. Quienes lo hayan escrito no te conocen, ni vos lo conocés a ellos, y tampoco importa. Es lo que ya se dijo, es el mensaje lo que importa.
(Mirá algunos en Consejos y pedidos.)
"Las nuevas mentes quieren más"
En Gregoria Pérez 3740, Chacarita.
Mientras armábamos GRaFiTi, investigamos y conocimos sitios que nos interesaron. Acá les pasamos algunos y les contamos por qué.
Mientras GRaFiTi, escritos en la calle, sigue creciendo, la revista Hecho en Bs. As. y el diario Sur Capitalino publicaron notas sobre el sitio.
Una exploración por los graffiti que reproducen letras de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. ¿Cómo es el camino que va de la música cantada a la pared escrita?
Gracias a todas las personas que mandaron sus fotos.
Y a todas las que dejaron sus comentarios.