El viernes 15 de julio se inauguró Tecnópolis, una muestra de ciencia, arte y tecnología, situada en el barrio de Villa Martelli. En el Pabellón Joven, fueron invitados a participar varios grupos y artistas callejeros, como Nazza Plantilla, Proyecto Fauna y bs.as.stncl, entre otros.
Lo dicho: en las paredes del pabellón joven de Tecnópolis, la muestra que recorre 200 años de ciencia argentina, se pueden ver las obras de algunos artistas callejeros como la de Nazza Plantilla, cuya imagen encabeza esta nota.
Según palabras de su autor, el trabajo se inspiró en el documental Guerra por otros medios y en un hecho puntual. Cinco años atrás, en la ciudad de Buenos Aires, funcionarios del Registro Civil de las Personas se negaron a inscribir a un niño, a quien sus padres -indígenas de la provincia de Jujuy- querían ponerle Qori Wamancha. ¿El motivo? Consideraban que el nombre era de origen extranjero.
En 2011, como reacción ante aquella negativa, Nazza realizó esta pintada que manifiesta “la lucha por la autonomía de poder expresar la cultura de cada pueblo originario”. Si se fijan en la imagen, al costado del hombre, hay una franja roja que enumera en mayúsculas los nombres de varios pueblos nativos: "Lules, vilelas, sulupis, zapilaga, tonocotés, chiriguano, macá, abipones, mataraes, mataco vejoz, mataco-macá, chorote, tehuelches, diaguitas, calchaquíes, matacos, guaraníes, querandíes, charrúas, quechua, aymará, quilmes, tobas, wichi, mbya-guaraní, toba, pilagá, mocoví, frentones, tapiete, ava-guaraní, chulupí, chorote, chané, kolla, onas, selknam, yámanas, mapuches, araucanos, ranqueles y más pueblos de toda América".
En el pabellón joven también se pueden disfrutar los trabajos de Jaz, Ever, Triángulo dorado, Roma, Poeta, Mart, Pum Pum, Proyecto Fauna, bs.as.stncl, RDW, Lean Frizera y Martín Ron, entre otros.
Gracias a Nazza Plantilla por las fotos.
Tercera selección de grafitis recopilados en los furgones de la Línea Roca, entre Sarandí y Hudson o Sourigues. Sexo, drogas y rocanrol, política, religión, amores y poesía entre esas cuatro paredes íntimas y públicas, donde nada se queda quieto mucho rato.
Un viernes, a eso de las 10 de la noche, sobre los bancos de cemento de una plazoleta en Donato Álvarez y Av. San Martín (San Francisco Solano), un tal Ariel se colgó a escribir con fibrón la novela de su vida: ideas simples y potentes, sinceramientos y consejos para sí mismo, para cualquiera.
Autor de novelas memorables como Nuevas cenizas y Muñecas 970, Mariano Fiszman transita las transformaciones de las calles de Villa Crespo, donde la demolición de casas antiguas coincide con el auge de los outlets y las pintadas del arte callejero.
Bárbara Gasalla le pidió a artistas callejeros que elijan una obra y cuenten su proceso de producción. Aquí Sebastián Cilio habla sobre su esténcil de Cayetano Santos Godino.