En su libro Graffiti, Lelia Gándara hace un estudio detallado del género. En este pedazo del texto habla sobre algunos rasgos comunes de la escritura de graffiti.
"Respecto de los condicionamientos estilísticos asociados al género discursivo, hemos visto que el graffiti está condenado a la concisión. Y no sólo por el carácter clandestino de esta actividad de escritura, sino también porque el espacio en el que el mensaje se despliega es limitado, y porque además la mirada lectora suele ser la de alguien que no se detiene, sino que está desplazándose en un ámbito público.
Entonces, el imperativo mayor es la economía de recursos, que se manifiesta de dos maneras:
-por un lado, el minimalismo, la síntesis, que consiste en evitar todo lo innecesario, algo así como "ir al grano".
-y por el otro, la explotación al máximo de la significación utilizando recursos que potencian la riqueza expresiva de cada elemento y permiten "decir más con menos".
Graffiti, de Lelia Gándara, Eudeba, Buenos Aires, 2002.
En alguna parte del país, Figo dirá “principalmente soy fotógrafa y filmer de graffiti, lo cual me lleva a cumplir otros rubros en el ámbito de las letras, más que firmar.” Con fotos analógicas y videos vertiginosos como la vida de ciudad, Figo va del plano abierto al detalle contando desde adentro el mundo de las firmas.
A cuatro días de las elecciones, en varios barrios de Buenos Aires, apareció un cartel pegado sobre las publicidades que plantea una pregunta inquietante.
Valeria Tentoni nos hizo una entrevista sobre el libro Escritos en la calle para el muy recomendable Blog de Eterna Cadencia. Acá va un fragmento y el link a la nota completa.
Barlo Posta es un ilustrador marplatense que viene desarrollando intervenciones muy interesantes en la calle. El arte pop y el street-art se resignifican en sus paredes y se conjugan con otros lenguajes que, como nos cuenta, forman parte de los estímulos que lo atraviesan diariamente.