Martes 18 de Octubre de 2011

Táctica y estrategia del esténcil, según Siqueiros

Táctica y estrategia del esténcil, según Siqueiros

El muralista mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) estuvo en Argentina durante la década del 30. Además de pintar un mural, puso en práctica la técnica del esténcil con fines políticos: atacar la dictadura de Agustín P. Justo. En este texto, publicado en su libro de memorias, Me llamaban el coronelazo, cuenta cómo desarrolló una "gráfica de agitación y propaganda".

 

En la Argentina hicimos interesantes experimentos, desgraciadamente muy reducidos, de gráfica funcional revolucionaria para países sometidos a la dictadura política (tal era el caso de la Argentina en 1933-34). Se trataba de servir útilmente al pueblo argentino en su lucha contra esa dictadura. Se trataba, en consecuencia, por ejemplo, de llenar la ciudad durante la noche con rótulos condenatorios de esa dictadura.

Las células conspiradoras, antes de nuestro experimento, acostumbraban dotarse de una gran multiplicidad de pequeños recipientes de barro y de brochas de palo y pelo con el fin de que diversos grupos, amparándose en la oscuridad de la noche, escribieran así en los muros palabras de orden consideradas por la policía como subversivas.

El esfuerzo humano era así enorme, los grupos en cuestión recorrían la inmensa ciudad de Buenos Aires, en acción gráfica de protesta. Pero, ¿cuál era el resultado al día siguiente? El resultado era de una miseria que no correspondía al gran esfuerzo. Los rótulos eran ilegibles. Tenían además, una estética repulsiva, lo que en política era sicológicamente contraproducente. La lluvia (si la había) los deslavaba, haciendo escurrir sus pigmentos. Los criados de las casas importantes, de los bancos, de los edificios públicos, podían borrar fácilmente los letreros agitativos, antes de que el público pudiera enterarse de ello, etcétera.

Había que encontrar una solución táctica, de agitación y propaganda, al problema! Y fue entonces cuando aparecimos nosotros. La solución surgió fácilmente. Se reducirían los grupos hasta constituir parejas, dificultando así la acción policial.

Cada uno de los millares de parejas tendría un esténcil, o molde entresacado en hojalata con la palabra de orden que sintetizaba la agitación correspondiente. Cada pareja tendría uno de esos populares y baratos aerógrafos que se usan para pulverizar el flit... y los primeros resultados fueron sensacionales. La ciudad de Buenos aires se vio fácilmente tatuada de millones de letreros condenatorios de la dictadura, claros y precisos, es decir legibles.

Además, como es lógico, una cosa trajo otra. La mecánica, muy primitiva, por cierto, nos había dado precisión y multiplicación extraordinarias. Había que garantizar después la consistencia de esa labor. Para ello invocamos a la química moderna, y la química moderna vino en nuestra ayuda. Descubrimos un producto alemán llamado keim, producido a base de celicato, indisoluble al agua y en general a todos los disolventes conocidos. Ya teníamos así la complementación de nuestra táctica, es decir, nuestra estrategia.

Y al día siguiente de nuestra primera aplicación, los criados de las casas, de los bancos, de los centros universitarios, etcétera, gastaron los cepillos y se rompieron las manos queriendo eliminar nuestras obras maestras. Más tarde, ya en el tren funcional que habíamos tomado, encontramos solución para la pintura para los postes, es decir, sobre el hierro, mediante el empleo de colores fabricados de nitrocelulosa.

También ese tren nos llevó a soluciones de otro tipo, tanto o más importantes que las señaladas. Nos condujo a la gráfica de agitación y propaganda fabricada, o mejor dicho multiplicada a la cadena, o sea, no sólo por nuestro débil equipo de profesionales del arte subversivo sino por la inmensa mayoría de las personas que constituían la masa insurreccionada contra la dictadura; mediante el corte de moldes correspondientes a las diversas formas y colores de un cartel político determinado, y sobre el cual, nosotros enviábamos los moldes originales, cada hogar y en él cada hombre, cada mujer, cada niño, se convirtieron en reproductores entusiastas de nuestro discurso gráfico.

Una vez más la experiencia nos daba la exactitud de nuestra premisa; la gráfica de agitación y propaganda es fundamentalmente un problema mecánico, un problema de racionalización mecánica, y por funcionalidad, una fuente inagotable de estética.”

 

Más sobre el esténcil en Argentina:


"Tengo un contrato conmigo y lo voy a respetar"
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"¿Y si lo pintamos en la calle?"
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"Mi relación con la calle es intensa"

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Lunes 19 de Diciembre de 2011

El graffiti es un subproducto de la ciudad - Entrevista a Claudia Kozak

Doctora en Letras (UBA) e investigadora del Conicet, Claudia Kozak es autora de dos libros sobre intervenciones urbanas: Las paredes limpias no dicen nada, en colaboración, y Contra la pared. En esta entrevista, desmenuza la práctica del graffiti: géneros, estilos, temas y ejemplos puntuales, con el ojo puesto en la relación entre los lectores y lo que aparece escrito en el espacio público. 

Jueves 8 de Diciembre de 2011

Tres versiones del borrado de graffiti

Tres videos con distintas visiones sobre el borrado de grafitis. El norteamericano Joe Connolly: un fanático del graffiti dado vuelta. Irmella Mensah-Schramm, una berlinesa jubilada, tapa y remueve inscripciones nazis. Y un corto "documental" que propone ver al borrado de graffiti como una forma de arte subconsciente. De yapa, graffiti revertido del brasileño Alexandre Orion.

Miércoles 16 de Noviembre de 2011

2° Safari Fotográfico

El domingo 27 de noviembre a las 17:00 hs., salimos a cazar grafitis por las calles de Chacarita y Colegiales. Nos encontramos en el Espacio Cultural Despierta, en Av. Lacroze 3574.

Miércoles 9 de Noviembre de 2011

¿Qué graffiti picante le pintarías a alguien que le tenés ganas?

Ponélo abajo en los comentarios.

Gracias.

Viernes 28 de Octubre de 2011

El canto de la lejana libertad

Jorge Barón Biza (1942-2001) fue escritor, crítico de arte, periodista y docente en la Universidad Nacional de Córdoba y en la de Catamarca. Tuvo una vida atormentada que narró en sus libros: El desierto y su semilla, El indiferente, Papiroflexia. El texto que sigue cuenta una visita al penal de Bouwer, y recopila grafitis que los presos dejaron en puertas y paredes.

Comentarios
Ivan Toriz
Ivan Toriz
28/04/2014
04:24

Hola, podrían proporcionarme las fuentes del texto para ampliar la lectura e incluir una cita en mi trabajo escolar acerca de este tema se los agradecería mucho.

Art. Ivan Toriz

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