Al igual que con otras pasiones, la lectura de grafitis me cautivó mucho antes de que pudiera encontrarle motivos. En el principio, entonces, fueron los mensajes. Frases escritas por manos anónimas que, de golpe, en la pared de alguna calle, me salían al cruce. Risa, desconcierto y, a veces, el inevitable estar o no de acuerdo. Pero nunca indiferencia.
Después, vinieron las preguntas. ¿Qué lleva a una persona a escribir lo que siente o piensa en una pared? ¿Tiene en cuenta que lo que diga con pintura va a leerlo mucha gente, y no sólo el destinatario preciso cuando hay una/o? ¿Querrá que sus palabras duren para siempre?
Para quienes escriben grafitis, puede que exista algo atractivo en la cosa clandestina del asunto. Pintar de noche, a la vista de nadie, con la incertidumbre de si la tarea podrá ser llevada a cabo hasta el fin. No menos cierto es que los espacios de expresión pública escasean en la ciudad para cualquiera que no sea una marca, un producto o servicio. Y, claro, también está la satisfacción de imprimir algo propio en el paisaje de todos los días.
Con los grafitis la relación entre lo escrito y sus lectores queda mediada por la casualidad del encuentro. Lo escrito tiende a lo efímero y las paredes son las páginas de un libro, imposible de tener en las manos, que se está escribiendo y borrando todo el tiempo. Quizás, registrarlos sea una forma de hacerlos durar en la memoria, ese puñado de arena que día a día se escurre entre los dedos.
Alejandro Güerri
Si los viste, no te los olvidás. Son afiches pegados en las paredes o en las cajas de luz que combinan la iconografía de las señales de tránsito con mensajes disonantes para ese código, que van desde palabras alentadoras hasta máximas y chistes. Detrás de estas piezas gráficas está BiH-art, el seudónimo street artero que Sebastián Andreatta eligió para intervenir la calle.
Desde 2005, Nicolás Monti, el artista antes conocido como Vómito Attack, viene desarrollando una idea en diferentes formatos. Usar la estética de la propaganda política para promocionar un partido que se define "más real". PCM son las siglas de Poder Corrupción Mentiras, la creación que Monti vuelve a poner en escena durante un nuevo año electoral.
Ya está en la calle el libro de GRaFiTi. Acá un video que resume los ocho años de desarrollo para llegar de la calle a la web y de la web al papel.
El viernes 12 de mayo estuvimos en el programa Pura vida de la TV Pública hablando del libro.