Miércoles 22 de Mayo de 2013
Historia de El petiso orejudo, de Sebastián Cilio
Bárbara Gasalla le pidió a artistas callejeros que elijan una obra y cuenten su proceso de producción. Aquí Sebastián Cilio habla sobre su esténcil de Cayetano Santos Godino.
Por Bárbara Gasalla
Sebastián Cilio nació en La Plata en 1986 y estudia Diseño en Comunicación Visual. Hace intervenciones callejeras desde 2010, cuando participó de una movida grupal; a partir de allí, comenzó a "encontrar una identidad" y a realizar trabajos más personales "porque pintaba dibujos que me gustaban o cosas sin ningún mensaje".
"El petiso orejudo", antes de replicarse en esténciles y calcos en diferentes edificios públicos de La Plata, Necochea y Santa Teresita (hubo algunos en el sur, cerca de la cárcel de Ushuaia y hasta llegaron a Brasil), apareció por primera vez en febrero de 2012 y causó opiniones encontradas, incluso provocó varias intervenciones de la gente tachándole los ojos, escribiendo "asesino" o, directamente, borrándolo.
Acá, un poco de esta historia en palabras de su autor: "La obra retrata la figura de Cayetano Santos Godino, popularmente conocido como ‘El petiso orejudo’. Antes de resolverlo había escuchado frases como ‘ningún pibe nace chorro’ o el pedido de la gente por la baja de edad punible. Estudiar la historia de Cayetano me llevó a pensar que cualquiera podría haber sido él, o cualquiera de nosotros podría haber sido un pibe chorro. Es lamentable que la vida lo haya llevado a ser así y hacer lo que hizo. Otra cosa que me despertó es pensar en cómo la mala educación por parte de una familia terminó arruinando muchas familias inocentes. La idea de representarlo fue a principio de 2012. Lo resolví resumiendo una de las fotos que se le tomó en uno los estudios que practicaban con él. En esos años se creía en la teoría del Dr. Lombroso, otra de las cosas que parece seguir vigente de esta historia, ya que muchas veces sacamos nuestras conclusiones de alguien por cómo se ve sin conocerlo. La pared la elegí sabiendo que es la esquina de un colegio secundario y que a una cuadra hay un jardín de infantes. Fue el primero que pinté y uno de los más vistos. Otra de las cosas que fui ajustando es el mensaje con el que acompaño la imagen, porque no quería que suene a apología, porque no lo es. Cuando me preguntan qué quiero decir con la obra y no tengo ganas de explicar tanto como ya dije, respondo que es una refrescada de memoria, porque nunca dejó de repetirse la historia del petiso ya que no es difícil entender la comparación con un pibe chorro. Ahí es donde la gente se queda pensando."
Lunes 6 de Septiembre de 2010
Al igual que con otras pasiones, la lectura de grafitis me cautivó mucho antes de que pudiera encontrarle motivos. En el principio, entonces, fueron los mensajes. Frases escritas por manos anónimas que, de golpe, en la pared de alguna calle, me salían al cruce. Risa, desconcierto y, a veces, el inevitable estar o no de acuerdo. Pero nunca indiferencia.
Lunes 23 de Agosto de 2010
Sea porque los grafiteros fueron sorprendidos in fraganti, porque se terminó la pintura, o se dieron cuenta a mitad de camino de que la pintada no cabía en el espacio elegido, algunos graffiti quedan sin completar...
Jueves 29 de Julio de 2010
En su libro Graffiti, Lelia Gándara hace un estudio detallado del género. En este pedazo del texto habla sobre algunos rasgos comunes de la escritura de graffiti.
Martes 27 de Julio de 2010
Grafitis sobre grafitis.
Miércoles 9 de Junio de 2010
Por su carácter ilegal, clandestino, la escritura grafitera se desarrolla sobre todo por las noches: menos personas, menos ojos.
Pero hay un tipo de graffiti nocturno por excelencia.