Nicolás Sánchez nació en Cumana hace 33 años y desde 2005 vive en Montevideo. Define su trabajo como muralismo, pintura a gran escala e intervención urbana, cuando usa el “soporte público”. Pinta en la calle desde 2008 pero aún sigue en la búsqueda de lenguajes y técnicas propios.
por Bárbara Gasalla
Un nombre, tres fuentes
AlfAlfA surge de varias fuentes. La primera era hacer una referencia irónica a alfa y omega, tomando la inspiración creadora como un proceso que no es cíclico sino lineal, entonces, en vez de tener principio y fin es un continuo comienzo, un alfa alfa. También me gusta la idea de ser la comida de la comida: en un país donde la dieta se basa en el consumo de carne de vaca y las vacas se alimentan de alfalfa. Además, hay una cuestión numerológica: mi número preferido, mi número de la suerte, el número que me escogió ha sido desde pequeño el número 37; Alfalfa es el número 37 en clave, tiene 3 A en una palabra de 7 letras, y éstas están ubicadas equidistantes, separadas por dos letras una de las otras: A lf A lf A.
Una búsqueda que sigue
Mi formación es autodidacta en gran medida al haber dibujado con un objetivo muy claro desde temprana edad, investigando desde los 12 años en la misma dirección en la que lo hago hoy en día. Luego hice estudios de artes plásticas en la universidad en Caracas, Venezuela, por dos años y después estuve 7 años estudiando en Bellas Artes en Montevideo, sin titularme porque en realidad mi oficio se perfeccionó en el constante hacer y en la búsqueda de técnicas y lenguajes propios.
Empecé a pintar a los 7 años; a los 9 ya con un sentido claro de mi vocación y a los 12 con una búsqueda que sigue hasta hoy. Como AlfAlfA pinto en la calle llevando mis dibujos al soporte urbano desde mediados de 2008. Uso siempre pintura al agua de pared o piso, pinceles y rodillos.
Influencias e inspiración
La pintura de diferentes épocas, el grabado antiguo, el trabajo mural de otros artistas contemporáneos y el diseño gráfico son mis fuentes de inspiración e influencias. La arquitectura a veces también lo es, sobre todo la arquitectura no tradicional occidental: los templos orientales o las arquitecturas orgánicas están presentes en mi trabajo.
Se traducen de forma directa, tomo referencias formales, compositivas y temáticas de otros artistas históricos y contemporáneos, y miro edificaciones y leo mitologías con la intención de plasmarlas formalmente en mi obra.
El azar protagonista
De azaroso hay mucho, a veces hay situaciones que se deciden en el momento, el boceto cambia y se adapta, las líneas se desarrollan sin un patrón establecido, se tejen en base a ritmos orgánicos y buscan adaptarse al movimiento o la “veta” de cada superficie pero no siguen un plan especial.
La eleccción del espacio
Los selecciono con tres criterios prácticos: visibilidad óptima, zona de tránsito, ubicación estratégica, o contexto con una poética o narrativa interesante; facilidad de obtener el permiso o ni siquiera tener que pedirlo y textura de la pared adecuada para mi técnica.
La poética de la Ciudad Vieja
Ciudad Vieja ha sido mi barrio por unos 4 años y aunque en la actualidad no tengo residencia fija, la considero mi barrio en Montevideo. Cuando vivía ahí fue que pinté todo lo que se puede ver en el barrio ya que era mi centro de operaciones. Allí encuentro, sin duda, un ambiente muy propicio y una poética especial.
La mirada de los otros
La recepción es siempre muy positiva; la gente recibe los murales con mucho gusto y los adopta como un aporte a su barrio y un enriquecimiento de su entorno.
Solo y acompañado: Colectivo Licuado
Trabajo laboralmente solo, y en festivales, por lo general, también. Pero en algunos casos, como viajamos mucho juntos, hacemos murales en conjunto con Colectivo Licuado, que son Florencia Durán, mi compañera, y Camilo Núñez, que es un gran amigo. La experiencia de hacer murales con ellos es muy rica ya que nos lleva a concebir bocetos que dialoguen y a generar la propuesta con un sentido común.
El panorama del arte callejero montevideano...
Tranquilo, igual que Montevideo.
Más de AlfAlfA en www.alfalfa.com.uy
Y Colectivo Licuado (en facebook)
Muchas gracias a Bárbara Gasalla y hacemeundibujito.blogspot.com.ar
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Nacidos al calor del cambio de siglo, los esténciles de Cartoonneros surgen de un cruce entre la estética de los cómics y una gran sensibilidad social. Desde entonces, su hacedor viene dejando huellas de Sur a Norte de nuestro país, así como en ciudades de Brasil y Europa, con homenajes a figuras influyentes del arte y la cultura, o acompañando luchas populares.
En las calles porteñas te pueden llegar mensajes de texto desde las pantallas de unos celulares. Son parte de una antología que Alejandro Chuca realizó entre 2006 y 2018, y luego decidió pegar en las paredes: una forma de rebelarse contra la obsolescencia programada, defender el ocio popular, y rescatar epigramas del flujo incesante de comunicaciones.
En la esquina de Montevideo y Lavalle funciona una librería universitaria. Algunas de sus paredes lucen grafitis -texto y símbolos- hechos con marcador negro: citas, ocurrencias, esquemas, escritos prolijamente en imprenta. Cerca hay un colchón y bultos bajo una manta.
En el marco de la muestra "Las hojas sueltas de un libro escrito en las paredes", el sábado 18 de noviembre, hicimos un Safari Fotográfico en Boedo.
En el marco de la muestra "Las hojas sueltas de un libro escrito en las paredes", este sábado 18 de noviembre, hacemos un Safari Fotográfico en Boedo. La cita es en Nivangio (Colombres 946, entre San Juan y Carlos Calvo). La actividad es gratuita.