Del infinito mundo de expresiones callejeras, acá van aquellas que preferimos ver y registrar. El sitio está abierto para que lo sigamos construyendo entre todos.
Los que están escritos a mano por una persona, en la calle, a la vista de todos. Aunque también entran los graffiti que están más ocultos, en túneles, estaciones de subte, baños, trenes, colectivos, etc..
Preferimos las manifestaciones personales de amor, bronca, (declaraciones, confesiones, homenajes, etc.), las ideas políticas (no partidarias), la filosofía y el misticismo, las frases ingeniosas, las máximas y los delirios, la poesía, la música, las preguntas, la pasión por el fútbol, las expresiones idiomáticas y, claro que sí, las erratas.
Está todo bien con los graffiti hip hop (tags), los dibujos y los esténciles, pero a la hora de registrar graffiti, privilegiamos los que tienen texto. Igual, GRaFiTi está abierto a que cada cual lo alimente con su expresión callejera preferida.
No nos gustan las frases discriminatorias, ya sean de religiones, razas, nacionalidades, géneros, etc. Ahorremosnós subirlas.
GRaFiTi quiere seguir creciendo como archivo de escritos en la calle, construido colectivamente.
Sigue la saga del baño. Ahora con un poema del escritor brasileño, José Paulo Paes (1926-1998), inspirado en aquel viejo refrán de "en este lugar sagrado". Una reflexión sobre lo que hacemos puertas adentro del toilette.
Los graffiti de baño son un género en sí mismo. Tanto que, en 1969, Robert Reisner hizo en Estados Unidos una compilación llamada Graffiti (Inscripciones en los baños). Dos años después, Ediciones Papiro tradujo y editó en Argentina una versión acotada de aquel libro. Aquí va una selección de grafitis para leer sentado en el trono.
Escribilo en los comentarios.
Muchas gracias.
En el libro Written on the City, Axel Albin y Josh Camler proponen una división de los graffiti en tres grupos: del ego, estéticos y con mensaje. Acá va el texto traducido y una invitación a recorrer dichas categorías.
Pablo Sztulwark (arquitecto, profesor y ensayista) analiza la memoria urbana como un conjunto de fuerzas vivas que "afectan a un objeto o un espacio y lo transforman en lugar". Desde esa perspectiva, cita dos ejemplos (el Puente Pueyrredón, la Plaza del Alma) y señala al graffiti como una forma de construir memoria que desborda los soportes institucionales.