Valeria Tentoni nos hizo una entrevista sobre el libro Escritos en la calle para el muy recomendable Blog de Eterna Cadencia. Acá va un fragmento y el link a la nota completa.
Por Valeria Tentoni.
"Los grafitis, incluso los más racionales, son siempre el resultado de un apasionamiento, un furor que necesita ser dicho o mostrado a todos. Con firma o desde el anonimato, es la voluntad incontenible de expresar y comunicarse, muchas veces corriendo el riesgo de ser sorprendidos in fraganti, con la pintura fresca", se abre el volumen Escritos en la calle (La Marca Editora), que compila los mejores grafitis reunidos en una página web colaborativa, en funcionamiento desde 2009. Allí, todavía hoy cualquiera puede enviar un grafiti que por algún motivo le llame la atención, para que se publique.
De ese enorme archivo tomaron el centenar de imágenes que ahora se convirtieron en libro, con espítiru de homenaje a los grafiteros. "Un registro de la oralidad, un archivo lingüístico, de tipografías, de imágenes, de ideas y sentimientos que se expresan en la calle", explican sus hacedores.
Al igual que con otras pasiones, la lectura de grafitis me cautivó mucho antes de que pudiera encontrarle motivos. En el principio, entonces, fueron los mensajes. Frases escritas por manos anónimas que, de golpe, en la pared de alguna calle, me salían al cruce. Risa, desconcierto y, a veces, el inevitable estar o no de acuerdo. Pero nunca indiferencia.
Sea porque los grafiteros fueron sorprendidos in fraganti, porque se terminó la pintura, o se dieron cuenta a mitad de camino de que la pintada no cabía en el espacio elegido, algunos graffiti quedan sin completar...
En su libro Graffiti, Lelia Gándara hace un estudio detallado del género. En este pedazo del texto habla sobre algunos rasgos comunes de la escritura de graffiti.
Por su carácter ilegal, clandestino, la escritura grafitera se desarrolla sobre todo por las noches: menos personas, menos ojos.
Pero hay un tipo de graffiti nocturno por excelencia.