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Al igual que con otras pasiones, la lectura de grafitis me cautivó mucho antes de que pudiera encontrarle motivos. En el principio, entonces, fueron los mensajes. Frases escritas por manos anónimas que, de golpe, en la pared de alguna calle, me salían al cruce. Risa, desconcierto y, a veces, el inevitable estar o no de acuerdo. Pero nunca indiferencia.
Sea porque los grafiteros fueron sorprendidos in fraganti, porque se terminó la pintura, o se dieron cuenta a mitad de camino de que la pintada no cabía en el espacio elegido, algunos graffiti quedan sin completar...
En su libro Graffiti, Lelia Gándara hace un estudio detallado del género. En este pedazo del texto habla sobre algunos rasgos comunes de la escritura de graffiti.
Por su carácter ilegal, clandestino, la escritura grafitera se desarrolla sobre todo por las noches: menos personas, menos ojos.
Pero hay un tipo de graffiti nocturno por excelencia.
Gracias por la foto a Federico Merea: http://pordiaunafoto.blogspot.com/
Por ahora se me ocurren dos (pienso en fotos de graffiti):
1- antes de sacar la foto, mirar qué imagen total se arma en la pantallita de la cámara, más allá de registrar el graffiti.
2- probar alguna foto del graffiti con gente, a ver qué juego hace.
Uno básico: Ajustar el balance de blancos, no dejarlo automático.
Xavito Wasserzug vía Facebook
Regla número uno:
Es imprescindible tomar precauciones para que no te roben la cámara.
Fny FNy vía Facebook:
Dejarse llevar solo x la INTUICIÓN