Al igual que con otras pasiones, la lectura de grafitis me cautivó mucho antes de que pudiera encontrarle motivos. En el principio, entonces, fueron los mensajes. Frases escritas por manos anónimas que, de golpe, en la pared de alguna calle, me salían al cruce. Risa, desconcierto y, a veces, el inevitable estar o no de acuerdo. Pero nunca indiferencia.
Después, vinieron las preguntas. ¿Qué lleva a una persona a escribir lo que siente o piensa en una pared? ¿Tiene en cuenta que lo que diga con pintura va a leerlo mucha gente, y no sólo el destinatario preciso cuando hay una/o? ¿Querrá que sus palabras duren para siempre?
Para quienes escriben grafitis, puede que exista algo atractivo en la cosa clandestina del asunto. Pintar de noche, a la vista de nadie, con la incertidumbre de si la tarea podrá ser llevada a cabo hasta el fin. No menos cierto es que los espacios de expresión pública escasean en la ciudad para cualquiera que no sea una marca, un producto o servicio. Y, claro, también está la satisfacción de imprimir algo propio en el paisaje de todos los días.
Con los grafitis la relación entre lo escrito y sus lectores queda mediada por la casualidad del encuentro. Lo escrito tiende a lo efímero y las paredes son las páginas de un libro, imposible de tener en las manos, que se está escribiendo y borrando todo el tiempo. Quizás, registrarlos sea una forma de hacerlos durar en la memoria, ese puñado de arena que día a día se escurre entre los dedos.
Alejandro Güerri
El viernes 20 de abril, en La Manzana de las Luces, el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio en Argentina organizó la jornada "Arte en el espacio urbano y público". Nuestra charla se llamó "Al rescate de identidades diversas", y hablamos, entre otras cosas, de los grafitis como patrimonio cultural y artístico, y de la plataforma web como una herramienta para la conservación.
Este evento que reúne artistas, colectivos, promotores culturales y teóricos, se desarrolló en el COLEF, Ciudad Juárez, México, el 20 y 21 de abril. Participamos vía Skype de una presentación en formato Pecha Kucha sobre de la experiencia de construir esta plataforma colaborativa para registrar y compartir intervenciones callejeras.
Las pintadas más recientes de Nazzareno Stencil para "hacer circular nuestra historia viva", a propósito de dos fechas tristemente significativas: el 24 de marzo, Día de la Memoria, en conmemoración del golpe de Estado de 1976, y 2 de abril, Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas, aniversario del inicio de la guerra en las islas.
Los graffitis de Excursionistas tienen copadas las paredes de Belgrano. Después de leerlos y sacarles fotos, me presenté ante un grupo de hinchas fanáticos para charlar con ellos de las historias que hay detrás de las pintadas. Fútbol y aerosol en la vida de un club de barrio.
En la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, un artista pintó este mural. Alguien lo intervino con un graffiti y encendió una polémica. Celeste Arrarás nos mandó la foto y compartió la inquietud. ¿Vos qué pensás?