Desde 2016, Lean registra y publica pintadas callejeras como comentarios de la actualidad: así hace de una cuenta de Instagram las portadas de un diario "personal" al ritmo de la coyuntura.
Desplegar y expandir gestos salvajes
Empecé a registrar las escrituras callejeras sistemáticamente cuando abrí mi cuenta de Instagram en 2016. La aplicación me pareció un excelente medio para desplegar y expandir aquellas pintadas que me llamaban la atención por su gesto salvaje, su expresión espontánea por decir algo.
Las paredes, una piel donde se incriben gestos
El acercamiento a las escrituras callejeras puede pensarse en relación a mi formación en Comunicación, al interés por poner en circulación opiniones y voces que no están en las agendas mediáticas. Registrar las subversiones al género periodístico, eso que se dice por fuera de los medios. Un ejercicio de la profesión, ponele. Las calles como cuerpos, como lugares de expresión de una ciudad en la que las paredes son la piel en el que se inscriben los gestos de una comunidad. Me gusta esa imagen orgánica de lo que sucede con la escritura en una pared, que es algo más que eso.
El diario vespertino
Cuando me sumé a IG no quería subir fotos de comidas, de mi gatito, en la playa o tomando birra, ese uso convencional del medio no me interesaba, y pensé que la potencia de la app era el sueño del “diario propio” más dinámico que el blog y más directo en el alcance. Con esa premisa empecé a subir las fotos callejeras y así el IG se convirtió en una especie de “periódico personal” en el que, cuándo tengo material específico, voy subiendo las pintadas o los stenciles que refieren a los acontecimientos o sucesos que son noticia ese día. Armé así un archivo, al que recurro como editor, y subo una imagen por día, entre las 17 y las 19hs, como el viejo formato vespertino de los diarios.
Andar de a pie
Los lugares surgen en el caminar, en el movimiento urbano. Al no poseer auto, viajo mucho en transporte público, y por mis actividades viajo mucho, camino por las calles y me detengo ante cualquier pintada, todas las registro aunque no todas las subo al IG.
Concentrados de sentido
Si hay una constante, es la diversidad en sintetizar ideas, en el mensaje concentrado de sentido. El sentido lo termina poniendo el transeúnte, el lector. Me gusta cuando le escriben arriba, le contestan, le sobreimprimen otros sentidos, las hacen hablar.
Decir con la voz y el trazo
Durante 3 años sólo registraba las escrituras callejeras de otres, pero en un momento quise decir algo propio y decidí entonces intervenir con mi voz y mi trazo, expresar eso que no había registrado. Me puse re manija y agarré el aerosol.
Escribir algo y seguir
Me convocan los escritos que son anónimos. No me interesan las firmas personales, de agrupaciones políticas o lo que sea. Me cabe el anónimo, el pasar, escribir algo y seguir. Me interesa el que escribe dejando su huella en lo que escribe y no en su firma.
Sacarnos de la correción impostada
Escribo y registro aquellos gritos que quisieran hacerse público, que buscan perforar los canales tradicionales de circulación.
Registro esas expresiones que permiten comunicarnos, que nos convocan a pensar, que nos provocan indignación o risa; sean declaraciones políticas, filosóficas o simples enunciados que se vuelcan para inquietarnos, para sacarnos de la corrección impostada o de la modorra cotidiana.
Gracias La Plata
Le agradezco a la ciudad de La Plata, que tiene paredes muy vivas; no suelo localizar los escritos, pero la mayor parte de lo subido a @leandrohilarios fue capturado en esas calles.
Por último, les diría "Síganme en el IG, seguro los defraudaré"
Se puede ver la colección completa en la cuenta de Instagram @leandrohilarios
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Y si todavía no lo hacen, vale seguir a @escritosenlacalle
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Nahuel Valcarce recorrió el cementerio de Avellaneda con el ojo atento a las inscripciones que manos anónimas dejaron en nichos, pasillos y tumbas, como las de Ricky Espinosa o Luca Prodan: mensajes de amor, bronca, admiración, recuerdo, humor, para vivos y muertos.
La periodista colombiana, Natalia López Montoya, publicó una nota y un video sobre GRaFiTi en el blog Postperiodistas (del Posgrado de Periodismo Digital de la UAI).
En 1966, el escritor Raúl Escari realizó una intervención llamada "Entre en discontinuidad". Ezequiel Gatto recupera aquella propuesta conceptual y performativa, y analiza las relaciones entre percepción, texto y acción. La lectura presente, parte de un estudio más amplio en desarrollo, aporta herramientas para ver/pensar/realizar otras formas de intervenir la ciudad.
Escribila en los Comentarios.
Doctora en Letras (UBA) e investigadora del Conicet, Claudia Kozak es autora de dos libros sobre intervenciones urbanas: Las paredes limpias no dicen nada, en colaboración, y Contra la pared. En esta entrevista, desmenuza la práctica del graffiti: géneros, estilos, temas y ejemplos puntuales, con el ojo puesto en la relación entre los lectores y lo que aparece escrito en el espacio público.